Como en la vida, en la publicidad también tienes que evitar cometer "pecados", la publicidad es un arma muy poderosa si es bien utilizada, el problema es cuando no lo es.
Lujuria. Uno de los reclamos publicitarios más utilizados es el sexo,pero depende de qué vendas y de a quién te dirijas. Te puede dar muy buenos resultados. Una buena utilización de este recurso suele unir el sexo con otro recurso: la emoción. Al final por muy "mentes abiertas" que podamos ser, si el sexo es mal utilizado puede dejar tu marca en el olvido, por lo que se debe tener mucho cuidado con el uso de él.
Pereza. Algunos medios se escudan en falta de presupuesto, otros en la saturación publicitaria, pero la realidad es la monotonía. El problema es la falta de creatividad. Una campaña de comunicación puede ser un éxito con pocos recursos. Lo importante es optimizar los recursos y llegar de la mejor forma a tu público objetivo, pero llegar, es decir, no caer en la tentación de decir "bueno, pues no hacemos nada".
Ira. La ira es un sentimiento no ordenado ni controlado. En la publicidad algunos le llaman campaña de reacción, es decir, la campaña que se realiza porque la competencia está teniendo éxito con la que lanza, pero hay que tener cuidado porque por lo general suelen ser campañas poco meditadas y planificadas y por lo tanto de éxito incierto.
Avaricia. Está claro que una empresa está para ganar dinero, para obtener beneficios, eso es indiscutible.
En la publicidad como en la vida hay que ser honestos, y no crear falsas expectativas de tu marca que luego no son reales. Si creas ventajas que tu producto no puede cumplir, generarás clientes insatisfechos.
Soberbia. Sin duda el peor de los pecados capitales de la publicidad. Muchas empresas hacen publicidad pensando que es la mejor porque a sus directivos o a sus responsables simplemente "les gusta", sin pensar en el cliente. Muchas veces los empresarios creen que su opinión está por encima de los consumidores finales, grave error.
Lujuria. Uno de los reclamos publicitarios más utilizados es el sexo,pero depende de qué vendas y de a quién te dirijas. Te puede dar muy buenos resultados. Una buena utilización de este recurso suele unir el sexo con otro recurso: la emoción. Al final por muy "mentes abiertas" que podamos ser, si el sexo es mal utilizado puede dejar tu marca en el olvido, por lo que se debe tener mucho cuidado con el uso de él.
Pereza. Algunos medios se escudan en falta de presupuesto, otros en la saturación publicitaria, pero la realidad es la monotonía. El problema es la falta de creatividad. Una campaña de comunicación puede ser un éxito con pocos recursos. Lo importante es optimizar los recursos y llegar de la mejor forma a tu público objetivo, pero llegar, es decir, no caer en la tentación de decir "bueno, pues no hacemos nada".
Ira. La ira es un sentimiento no ordenado ni controlado. En la publicidad algunos le llaman campaña de reacción, es decir, la campaña que se realiza porque la competencia está teniendo éxito con la que lanza, pero hay que tener cuidado porque por lo general suelen ser campañas poco meditadas y planificadas y por lo tanto de éxito incierto.
Avaricia. Está claro que una empresa está para ganar dinero, para obtener beneficios, eso es indiscutible.
En la publicidad como en la vida hay que ser honestos, y no crear falsas expectativas de tu marca que luego no son reales. Si creas ventajas que tu producto no puede cumplir, generarás clientes insatisfechos.
Soberbia. Sin duda el peor de los pecados capitales de la publicidad. Muchas empresas hacen publicidad pensando que es la mejor porque a sus directivos o a sus responsables simplemente "les gusta", sin pensar en el cliente. Muchas veces los empresarios creen que su opinión está por encima de los consumidores finales, grave error.
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